Process Injection Attack
Un “Process Injection Attack” es un tipo de ataque informático en el cual un programa malicioso (o “malware”) se introduce en un proceso legítimo (o “legítimo”), para poder realizar acciones malintencionadas en el sistema.
El proceso legítimo se llama así porque es un programa que está diseñado para realizar una función específica y no tiene intención de causar daño. Sin embargo, el malware se infiltra en este proceso para poder hacer cosas malas que el proceso legítimo no puede hacer por sí solo.
Por ejemplo, puede que el malware quiera robar información del sistema o controlar el sistema para hacer cosas que no debería hacer. Al infiltrarse en un proceso legítimo, el malware puede evadir los mecanismos de seguridad del sistema y evitar ser detectado.
Es como si alguien malvado se escondiera dentro de una casa que ya está abierta y empezara a hacer cosas malas que los habitantes de la casa no permitirían si los vieran.
Es importante tomar medidas de seguridad para evitar que los programas maliciosos se infiltren en los procesos legítimos del sistema, ya que pueden causar graves daños al sistema y violar la privacidad de los usuarios.